Caminar, si el tiempo lo permite, es la mejor manera de conocer un país, su gente y sus costumbres. Los bosques centenarios de Serbia, las vastas llanuras, los pueblos, las ciudades y las montañas son un verdadero desafío incluso para los excursionistas más experimentados.
Además del entretenimiento, y la satisfacción física de disfrutar de hermosos lugares y fenómenos naturales, también tendrán la oportunidad de ver muchos monumentos históricos.