La región de Šumadija es la capital espiritual y cultural serbia, y ha dado su propio toque y contribución para hacer diferente a Serbia. Aquí las trompetas y los trombones son una parte relevante de los eventos musicales y de la danzakolo, que está presente en las celebraciones importantes. En los días fríos la gente se calientan con una taza de “Té de Šumadija” – (rakija serbia aromatizada y endulzada con miel o azúcar); la gente todavía se reúne para escuchar historias de héroes y comandantes del ejército serbio, grandes batallas y victorias aún mayores.
Tal vez es por esto que con este legado histórico cada piedra de la región tiene una historia que contar. El llamado krajputaši, un tipo especial de piedra que se encuentra en las carreteras, avisa al viajero sobre los momentos trascendentales de la historia de la región, o bien señalan el camino a algún lugar famoso – pero a veces simplemente animan a los viajeros a detenerse y tomar un descanso.
Los bosques parcialmente despejados se transformaron en viñedos y huertos. El vino de Župa y de las bodegas reales en Oplenac, y la rakija (brandy) de Čačak y Kraljevo son gotas destiladas de la historia tradicional. Ríos pequeños y grandes como el Zapadna Morava, el Studenica, el Ibar o el Gruža fluyen por el centro de Serbia, pero esta región es también el hogar de numerosas aguas minerales naturales con manantiales que han demostrado cualidades medicinales – estos son los balnearios de Serbia.
Los pueblos de la Serbia central, ya sea que se encuentran alrededor de Aranđelovac, Topola, Gornji Milanovac, Čačak, Knić, Lučan, Kruševac, Kraljevo, Aleksandrovac o Kopaonik, fomentan la culturatradicional de la buena salud, algo típico de esta región. Cada grano que llega a la mesa del comedor, bien a la proja (pan de maíz) o a la pogača (bollo de pan), llega a través de plantas medicinales, frutos del bosque, queso, kajmak (similar a la crema cuajada) o carne ahumada, hasta el cordero a la brasa o a la parrilla – el sabor de la comida es mejor aquí por el aire fresco, por el agua mineral y las propiedades medicinales de la naturaleza. La gibanica (pastel de queso y huevo), el pastel de manzana o de ciruela, el pollo o la sopa de pavo y el prebranac (frijoles horneados) también están en el menú. Serbia central es a menudo considerada como una gran huerta de frutas y verduras, donde durante el otoño cada pueblo se convierte en una pequeña fábrica produciendo provisiones invernales y zumos elaborados con las recetas locales.
Ubicado cerca de los ríos, manantiales y arroyos, los pueblos interiores en las laderas de las montañas, dan la oportunidad de exponer a Serbia como un lugar idóneo para disfrutar de unas vacaciones variadas y activas, que, dependiendo de la temporada, pueden consistir en pesca, caza, esquí, natación, paseo a caballo, a pie, o en bicicleta, recogida de plantas y frutos del bosque, cocina y preparación de provisiones para el invierno con los anfitriones, destilando rakija o recolectando uva. Algunos hogares en los pueblos tienen talleres a los que acercarse y aprender a hacer artesanías y preparados de alimentos tradicionales o de ciruelas secas.
Los tours por los hitos de la Serbia medieval – sus numerosos monasterios – se añaden a la poderosa electricidad espiritual que se siente en toda la región. El santuario del rey Petar I Karađorđević se encuentra en Oplenac, y de especial interés es la Iglesia de San Jorge, conocida por sus mosaicos extraordinariamente hermosos.
El Festival de Bandas de Instrumentos de Dragačevoen Guča, con su espléndida y única tradición, se celebra con buena música, diversión de primera clase y una hospitalidad genuina, que han contribuido a que el nombre de Serbia sea conocido en todo el mundo. El Corte de Rajac (Kosidba na Rajcu) es un evento que nace de la tradición de cortar el césped, en el que familiares, vecinos y amigos se reúnen para cultivar la tierra. En ese momento, los prados de la montaña por debajo de Rajac, cerca de Ljig, se cortan a mediados del verano junto con melodías de auténticas canciones populares.